Un día sin derechos
Muchos niños, niñas y adolescentes del mundo están esperando
a que se cumplan sus derechos. Quizás muchos de ellos están más cerca de lo que
te imaginas. ¿Cuáles crees que son los derechos que menos se cumplen a tu
alrededor? ¿Cómo sería un día sin los derechos de la infancia? Un día sin
derechos podría ser así: no desayunarías, no irías a clase, no tendrías cita
con el dentista, te pasarías el día en la calle y tus padres no te obligarían a
irte a dormir a tu hora. ¿Un día fantástico? Bueno… pero la pregunta tiene
trampa: la clave es que los derechos de la infancia no para una única
persona, sino para todos los menores de edad. Así que la situación se
parecería más a esta:
-Nadie desayunaría (ni comería, ni cenaría).
-Nadie iría a clase ni recibiría ningún tipo de educación.
-Nadie podría ir al médico, aunque estuviera muy grave.
-Nadie tendría un hogar y todos los niños, niñas y adolescentes
tendrían que buscarse la vida en la calle.
-Los adultos no se preocuparían de lo que es mejor para los
niños y adolescentes, ni se esforzarían porque hicieran lo que más les
conviene. Tampoco escucharían sus opiniones.
¿A que esta situación no es tan fantástica? Además, cuando
los derechos no se cumplen, no suele ser sólo durante un día. Los niños y niñas
que ven cómo sus derechos se vulneran no tienen la esperanza de pensar que al
día siguiente todo será distinto. En demasiados casos, los niños llegan a
adultos sin haber disfrutado de sus derechos. A veces, incluso pierden la
oportunidad de llegar a la vida adulta, porque las violaciones sistemáticas de
derechos como la nutrición, la salud, la educación o la protección hacen más
vulnerables a niños y niñas a peligros que pueden costales la vida
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